sábado, 11 de enero de 2014

Buses azules del SITP

Desde hace un tiempo los bogotanos hemos empezado a ver varios buses azules que transitan por las vías de la ciudad y hacen antiguas rutas que eran de los buses de transporte urbano tradicional. Por ahora, hay 1.000 de esos buses y para diciembre de este año TransMilenio, que es el ente gestor del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), espera tener unos 12.500 funcionando en las calles. ¿De dónde salen estos buses?, ¿son nuevos?

Algunos sí, otros no. A la fecha, el Distrito y las operadoras que tienen convenio para reparar estos buses han recibido en sus talleres 15.500 vehículos. De estos, 5.000 están en proceso de chatarrización y unos 9.000 los están adecuando para el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP). A los otros aún les están haciendo un peritaje técnico para conocer su estado.
Los modelos que se están actualizando y adecuando son los de 2005 en adelante porque, cuando son anteriores, sale más barato chatarrizarlos y comprarlos nuevos que repararlos. Arreglar un vehículo de servicio público cuesta entre 30 y 40 millones de pesos, según su estado, y la vigencia de los buses arreglados es de aproximadamente 5 años.

TransMilenio va a comprar aproximadamente unos 4.000 vehículos nuevos que espera ponerlos a rodar a la par con la flota antigua restaurada y dependiendo del rendimiento de los buses viejos, deberá comprar más para poder reemplazarlos. Lleva en promedio de tres semanas a un mes acondicionar uno de los viejos buses, a un bus del SITP. ¿Por qué?

Hay dos procesos, el ensamblaje del chasis y el de la carrocería. Dependiendo del análisis, la reparación del bus puede demorarse en promedio una semana en la parte técnica y mecánica, otra en la parte de latonería y pintura, y otra instalándole la tecnología necesaria y el sistema de recaudo.

El tratamiento y ensamblaje del chasis incluye motor, rodamientos, caja de velocidades, baterías, tren trasero, troquel, entre otros. Luego, se arma un esqueleto en fibra de vidrio y se acopla la trompa, los costados, los pisos y las capotas o el techo para revestir el bus.

Los buses del SITP deben implementar el sistema de recaudo Sirci, que consiste principalmente en un lector de las tarjetas electrónicas Tu Llave y otros aditamentos que permiten la integración con los demás sistemas de transporte, es decir con las troncales de Transmilenio y los alimentadores, entre otros.

Los dueños de los buses de servicio público tiene dos opciones: la primera es rentar su vehículo a los operadores y formalizar un contrato de sociedad por 24 años con un sueldo fijo, o vender el bus. El Distrito tiene una tabla de valores para poder comprar los buses de acuerdo a su estado jurídico, físico y el modelo.

Los buses del SITP, según la ley 1083, deben estar adaptados a partir del primero de enero de 2013 para utilizar combustible Euro 4, que solo arrojan al aire 50 partículas de carbono por millón, es decir, tienen una tecnología mucho más limpia que los que se mueven con diésel. Según algunos operadores, el alcalde Gustavo Petro quiere exigirles utilizar en los buses tecnología que permita implementar el combustible Euro 5, según la resolución 01304 para junio de 2013, que es menos contaminante.

“El problema es que no se sabe si incluso Ecopetrol pueda suministrar esa clase de combustible y la implementación para la tecnología de los buses implicaría una reestructuración total”, argumenta uno de los operadores.

Los buses que se utilizan para el transporte local, urbano, son en su mayoría buses tipo ‘Padrón’, colectivo y microbús, con capacidad para 80, 40 y 19 pasajeros respectivamente. TransMilenio hará una implementación gradual de la flota cada 4 meses en las diferentes zonas de la ciudad para que al término de estos 18 meses, solamente los buses del SITP estén circulando por las calles bogotanas.



Cuando comenzó el sistema había muchísimas en cuando a como se utilizaba ya que se cometió el error de publicitar las ventajas y no el como usar los buses:

Aunque ya hay algunas rutas que circulan llenas, muchos ciudadanos no las usan aunque les sirva el recorrido, por no saber cómo funciona o dónde para.
“Eso del SITP es todo un misterio. ¿Cómo se usa? ¿Para dónde va? ¿De dónde viene?”, pregunta @molecuman, uno de tantos ciudadanos cargados de dudas, a través de la red social Twitter.
De hecho, las fallas en la campaña pedagógica fueron una de las razones para que en octubre del año pasado la Superintendencia de Puertos y Transportes interviniera a TransMilenio, ente gestor del SITP, para que corrigiera el rumbo y le facilitara la vida al usuario.
Además de la falta de información, que ya obligó al Distrito a crear una nueva campaña informativa, hay otras fallas que resienten los ciudadanos. La queja más frecuente es la dificultad para adquirir las tarjetas.
“Al SITP le falta mucha información. La entrega de tarjetas al público es pobre y las recargas se hacen en sitios que no han anunciado”, lamentó @jmartinna, en Twitter.
A pesar de que a varios les gusta el servicio, otro de los peros es que no se sabe por dónde pasan los buses. “Usé el SITP y estuvo bien. Le falta señalización a los paraderos y que el bus avise la parada. ¡Debe ser a prueba de turistas!”, escribió @hidrogenoyfluor.
Algunos, incluso, sienten que la letra de los paraderos y vehículos es demasiado pequeña y no puede ser leída por todos. Y, aunque se creó un nuevo portal en Internet (www.sitp.gov.co) para informar a los ciudadanos, no siempre se encuentra lo que se busca. Tiene un mapa útil para crear la ruta de cada usuario y que muestra los puntos por donde pasan los buses, pero pareciera estar en una fase experimental y es difícil incluso ingresar los datos de origen y destino del recorrido para que el sistema busque la mejor opción para los ciudadanos.
Guía práctica de uso
Si usted es de esas personas que se desplaza en bus, buseta o colectivo para ir a trabajar, guarda las monedas para pagar el pasaje y está acostumbrado a comprar barritas de incienso, dulces o esferos de vendedores ambulantes en el transporte público, los siguientes consejos le serán útiles, antes de que salte del andén hacia el bus.
1. Adquiera la tarjeta Tu Llave. El pago en efectivo ya no es una opción para usar el SITP. Al subirse a los buses o al entrar a las estaciones de TransMilenio de la carrera 10a. y de la calle 26 tampoco podrá presentar las tradicionales tarjetas rojas o azules que se usan en las demás troncales del sistema. Por eso debe acercarse a cualquiera de los puntos de personalización y registrar sus datos personales para obtener uno de los plásticos verdes de Tu Llave Plus. Para conocer todos los puntos de recarga, ingrese a http://bit.ly/recargasSITP
2. Escoja la ruta que le sirve. En el portal www.sitp.gov.co, puede consultar por dónde pasa cada una de las rutas del sistema. Si tiene un paradero cerca a su casa o trabajo, busque la banderilla para conocer qué rutas pasan por ahí.
3. Espere en los paraderos y saque la mano. Igual que con los buses de siempre, cada bus lleva un letrero o rutero que especifica los puntos más importantes del recorrido. Los buses del SITP no se detienen fuera de los paraderos y cuentan con un sistema satelital de geolocalización que detecta a los buses que no respetan esta regla. Tampoco se detendrán si en los paraderos no hay personas que requieran el servicio.
4. Pague con su tarjeta dentro del bus. Dentro de cada vehículo hay torniquetes y lectores de tarjetas que le descontarán el valor del pasaje. Los conductores no recibirán dinero en efectivo ni dejarán que nadie entre por la puerta de atrás.
5. Timbre con anticipación para avisar su parada. Tenga en cuenta que estos servicios no siempre lo dejarán frente a su casa, porque solo pueden detenerse en los paraderos. Evítese disgustos.

Información en el Bus
Rutero tradicional o tabla de ruta
  • Se encuentran en los buses de servicio urbano, complementario y especial.
  • Le informan sobre número, destino, y recorrido del servicio.
Rutero electrónico
  • Se encuentran en los buses de servicio troncal, alimentador y en algunos de los buses de servicio urbano, complementario y especial.
  • Le informan sobre número, destino, y recorrido del servicio.
Paraderos
  • Son los puntos autorizados para subir o bajar de un bus a solicitud de los usuarios.
  • Estos puntos autorizados estarán señalizados.
Horarios
  • El horario de operación del SITP, es de 24 horas de acuerdo con los tipos de servicios y las zonas de la ciudad.
  • La información sobre estos horarios aparecen en convenciones ubicadas en los paraderos, paneles de información, esquemas de ruta y en la página web.












Los objetivos de este ambicioso proyecto son:
  • Lograr una cobertura del 100% en la prestación del servicio de transporte público de la ciudad.
  • Integrar la operación y la tarifa, equilibrando la demanda de buses en todas las zonas.
  • Ajustar tecnológicamente la flota actual, reduciendo los índices de accidentalidad y mejorando la accesibilidad.
¿Qué se transforma con el nuevo Sistema de Transporte Público de Bogotá?
  • Los actuales modos de transporte público de la ciudad se integrarán para prestar un servicio digno a la ciudadanía.
  • El nuevo sistema empresarial será más eficiente: las empresas que prestarán el servicio ya no serán afiliadoras, sino operadoras; es decir, deberán responder por el conjunto de la prestación del servicio, tal como sucede hoy en el esquema de TransMilenio.
  • A futuro habrá una tarifa integrada, es decir, la utilización de uno o más servicios de transporte con un solo medio de pago; el usuario paga su viaje en bus o en TransMilenio y, si necesita inmediatamente un segundo viaje para llegar a su trabajo o casa, sólo tendrá que pagar una cantidad adicional y no otro pasaje.
  • El SITP el Nuevo Sistema de Transporte Público de Bogotá es un sistema organizado e integrado de buses de servicio público (Urbano, Especial, Complementario, Troncal y Alimentador) que buscan el cubrimiento efectivo del transporte en Bogotá.
Características del modelo funcional del SITP
  • Nuevo esquema de rutas: Troncales, Auxiliares, Alimentadoras, Complementarias y Especiales
  • Operación zonal: 13 zonas y una zona neutra
  • Utilización de la flota actual : Con máximo 10 años de vida útil en el 2011
  • Vida útil de la flota del SITP: 12 años
  • Concesión a 24 años
  • Integración Tarifaria
  • Recaudo Centralizado - medio de pago único
  • Cambio del Esquema Empresarial – Operadores de Transporte
  • Democratización del SITP – Participación Activa de Propietarios
Beneficios con el SITP
Mejoramiento a Estándares Ambientales
  • Reducción de las emisiones de CO2
  • Racionalización del Uso de los recursos energéticos y del agua
  • Alternativa al Vehículo Particular.
  • Organización de rutas y paraderos para un transporte público ordenado.
Mejoramiento de las condiciones de productividad
  • Disminución de tiempos y costos de desplazamientos.
  • Optimización de los viajes
  • Formalización del Sector Empresarial
  • Generación de Empleo
  • Mejores condiciones en seguridad vial, lo que conlleva menores índices de accidentalidad.
  • Posibilidad de moverse en distintos modos de transporte con un único medio de pago.
  • Mayor cobertura de servicio al término de la implementación.
El SITP en cifras
  • Generará 27.000 empleos aproximadamente.
  • Operarán 12.300 buses con tecnología de punta para cubrir 514 rutas.
  • El Distrito ha capacitado 80.000 estudiantes como informadores.
  • Se instalarán para la operación 6.554 paraderos.
  • El SITP utilizará el 19% de las vías de Bogotá que corresponden a 21.260 segmentos viales o 1.595 Km.
  • Usaquén, Engativá, San Cristóbal y Fontibón serán las primeras zonas queentrarán en operación.
  • Se hará una reducción de 5.188 buses de transporte público colectivo que ahorrarán 643.178 barriles de diesel al año.
  • 13.000 conductores de transporte público colectivo actual ingresarán al SITP para desempeñarse en el mismo oficio.
  • Se contará con 75 minutos como ventana de tiempo para que el usuario abordeel primer vehículo de su viaje y con la misma tarifa integrada, hasta el minuto 75, realice transbordos con los beneficios de descuento. Lo anterior, permitirá al usuario no pagar de nuevo una tarifa plena, como hoy ocurre en viajes que requieren del uso de más de un vehículo.
Durante el primer año de servicio la constante fue buses vacíos que nadie sabia para donde iban y por donde pasaban.

La puesta en marcha del Sistema Integrado de Transporte Público en Bogotá (SITP) hace ya casi un año sigue sin arrojar los resultados deseados. Su objetivo esencial, que era la generación de un esquema que permitiera la movilización de los usuarios por una red moderna, rápida, interconectada y más humana, choca ante la evidente realidad de su precaria condición actual.
La nueva flota de buses que ruedan por la ciudad (1.600) a lo largo de 56 rutas no ha hecho mella en la calidad del transporte, pues solo representa el 16 y el 11 por ciento de lo que debería estar en funcionamiento, respectivamente. En cambio, los buses viejos y contaminantes siguen compitiéndole al mismo sistema y manteniendo el estado anárquico de un servicio en el que prima la cantidad sobre la calidad.
Los operadores del sistema aseguran que al actual estado de cosas se suman la falta de paraderos y una señalización más efectiva, que ayude al usuario, como también lo reconoció el recién posesionado Secretario de Movilidad. Aunque cabe advertir que varias rutas de los buses azules ya gozan de una mayor ocupación, en la retina de la gente se quedan las imágenes de los que van vacíos o permanecen estacionados.
Otro de los temas críticos que golpean seriamente al SITP es la duplicidad que se mantiene en el uso de las tarjetas para pagar y acceder al servicio, que se traduce en incomodidad y una carga onerosa para el ciudadano, sin contar el desgaste que representa para el gobierno.
Prueba de ello fue el jalón de orejas del Personero a la Administración esta semana, luego de que el gerente de TransMilenio anunciara un nuevo plazo para la integración de las plataformas que permitan el uso de una única tarjeta.
Si bien el Alcalde tiene razón cuando insiste en que el salto definitivo para la mejora de la movilidad en Bogotá es el SITP, también es cierto que son las decisiones de fondo y una alta gerencia las que garantizan los resultados. Y estas brillan por su ausencia. En cambio, se está tratando de distraer a la opinión con anuncios de más rebajas en TransMilenio y buses eléctricos sobre la 7a. cuando aún no se han paliado las deficiencias que persisten en el sistema.

AHORA SE HABLA DIZQUE DE BUSES ELÉCTRICOS:

on el fabricante chino, suscribieron el acuerdo las empresas Consorcio Express y Coobus, para desarrollar un nuevo proyecto que permita poner a rodar buses eléctricos por la ciudad, este año.

Las compañías firmantes ensayarán una unidad articulada de 18 metros, sometida a pruebas exhaustivas de potencia, fuerza y seguridad, para determinar la posibilidad de que estos vehículos formen parte del sistema masivo de Transmilenio.

De llegar a concretarse la idea en Bogotá, la capital del país comenzaría a hacer parte de la red mundial de megaciudades como Los Ángeles, Hong Kong, Londres y Shenzhen, en donde el transporte público se mueve con tecnologías ecológicas con tecnologías más limpias.
De esta forma, los esfuerzos de estas empresas resultarían en una reducción tanto de emisiones contaminantes como de ruido, pero sobre todo en reducir costos, primero, de mantenimiento y, segundo, de gasto de combustible durante la vida operativa de cada bus.

Y YA EMPIEZA A HABLAR DE QUIEBRAS:

Luego de que se conociera que la empresa Coobus –operador de buses articulados, alimentadores y zonales- atraviesa por una crisis económica y ante el incumplimiento con Transmilenio podría ceder el contrato a otra empresa.

Las dos empresas en crisis son Egobus que sólo opera con buses zonales del SITP- y Coobus, que representan el 40 por ciento del total de la operación del SITP, y las cuales atraviesan por una crisis económica y problemas de gobernabilidad interna. 

Ambas empresas han sido objeto de llamados de atención por parte de Transmilenio, ya que no han cumplido con los cronogramas establecidos, y han demorado la entrada de flota que prometieron. 

El caso más álgido es el de Coobus, empresa que podría ser sancionada con 3.100 millones de pesos por su incumplimiento. 

La aseguradora de Coobus se ha reunido varias ocasiones con directivas de Transmilenio para analizar las dos opciones: la primera –y la más viable-, que Coobus ceda el contrato a otra de las empresas actuales, que podría ser Express de Futuro, la cual tiene músculo financiero apto para cargar con las obligaciones. 

La segunda opción es que Transmilenio abra un proceso licitatorio para elegir a la empresa que adoptaría los compromisos que incumplió Coobus.

Según Transmilenio, en unas 4 ó 6 semanas podría resolverse el problema con Coobus. Caracol Radio habló con Express del Futuro sobre la posibilidad de que pase a manos de ellos el contrato de Coobus, pero se abstienen de hablar por ahora del tema, aunque aseguran que están en capacidad de adquirir esas funciones.

En el caso de Egobus, Transmilenio asegura que la empresa ha incurrido en incumplimientos constantes con la entrada de flota de buses zonales –los azules-, y pese a que no tienen un pronunciamiento oficial sobre la salida de operación de la empresa o cesión del contrato, tienen “las alarmas prendidas”.

Ante la posibilidad de que dos de los nueve operadores del SITP dejen de funcionar, la empresa Transmilenio dice que no existe ni existirá crisis, porque el SITP va con una implementación sólida. Lo que sí aclaran es que para octubre, noviembre y diciembre -meses en que debe entrar la mayor cantidad de flota al sistema- debe haberse solucionado la situación. 


Cabe recordar que a la fecha, el SITP va en una implementación del 30 por ciento. La meta es el 100 por ciento entre abril y mayo de 2014.

Cuando Bogotá dio el paso definitivo para poner a rodar el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), en noviembre del 2010, surgió un temor: que los pequeños transportadores no pudieran organizarse y responder ante el histórico desafío de darle un vuelco al servicio. Pese a esto, y con el fin de luchar contra los monopolios, las cooperativas se unieron y, al final de la licitación, se quedaron con el 40 por ciento de las rutas del SITP, una tajada del mercado nada despreciable.
Tres años después, sin embargo, ese temor se convirtió en realidad. Hoy, el futuro del SITP pende de un hilo por el fracaso de las dos empresas que crearon los pequeños propietarios de buses (Coobús y Egobús), que tienen a su cargo la troncal de TransMilenio (TM) de la calle 26 y los buses azules que circulan por localidades con alta demanda, como Fontibón, Suba y el sector del Perdomo, en Bosa.
¿Qué pasó? ¿Cuáles fueron las fallas para que esa filosofía del SITP –de democratizar el servicio y no dejarlo en manos de los grandes empresarios– se haya convertido en una ‘papa caliente’? Las razones son múltiples. El subgerente de TM, Andrés Forero, atribuye el asunto a que los pequeños propietarios no estuvieron acompañados de un “socio capitalista” que les diera músculo financiero para poder afrontar la puesta en marcha del SITP, que implica adquirir vehículos nuevos, pagar conductores, entre otros gastos logísticos.
Según Forero, en la crisis también influyeron los problemas de gobernabilidad en Coobús y Egobús, conformadas por 1.500 y 1.800 propietarios de buses, respectivamente, y con manejos internos difíciles. En Coobús, por ejemplo, hubo tres gerentes en tres años. Eso pudo haber generado cierta desconfianza en la banca nacional, que a la postre les terminó cerrando las puertas a estos operadores para el acceso a créditos. “Hubo problemas de gerencia y de gestión financiera, que estrangularon a las empresas, más allá de la baja demanda de pasajeros del SITP”, anotó José Stalin Rojas, director del observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional.
Los pequeños transportadores también chocaron con la complejidad de estructurar compañías grandes, con mayores responsabilidades.
“Se buscó hacer política social con la inclusión de ellos (así quedó reflejado en el Decreto 309, del 2009, que dio vida al sistema). Sin embargo, este servicio es sofisticado y ellos estaban acostumbrados a manejar dos o tres buses”, explicó Darío Hidalgo, exsubgerente de TM.
Para los pequeños transportadores, el SITP “quedó mal estructurado” porque, aunque los vincularon, admitieron que se lanzaron al ruedo sin conocer a fondo los manejos de este negocio. “No teníamos ni cinco de conocimiento sobre el tema”, aseguró un directivo de una de las empresas, que pidió la reserva.
Ahora, los propietarios de buses de las empresas afectadas están con la incertidumbre a cuestas. “Como cooperativas estamos en desventaja frente a los grandes inversionistas”, expresó Otoniel Caro, dueño de seis buses.
Por su parte, Martha Nelsy Neiva, que tiene un bus en Coobús, añadió que a los pequeños los “metieron” en el negocio del SITP, donde sus utilidades de antes se vieron reducidas.
Las próximas semanas serán decisivas. Aunque ya ha habido conatos de parálisis en la prestación del servicio, algo que podría tener un efecto preocupante en todo el SITP, el Distrito confía en que la crisis de Coobús y Egobús se resuelva pronto.
Mientras ellos esperan adquirir créditos para solucionar sus problemas, el Distrito diseña planes para que esos contratos pasen cuanto antes a manos de los grandes empresarios.

Como novedad les comento que a principios de febrero de 2014 cambiaron las franjas horarias:

A partir del 27/01/2014, entra a regir el decreto 603 del 2013, en el cual se modifican las franjas horarias que agrupan las hora valle en el Sistema TransMilenio.

El Decreto firmado por el señor Alcalde de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, modifica el parágrafo 1 del artículo tercero (3), del Decreto Distrital 356 de 2012, el cual establece los nuevos periodos para hora valle.

Las nuevas franjas son:

Entre: Inicio de operación y las 5:59 a.m.,
Entre: las 8:30 a.m. y las 9:29 a.m.,
Entre: las 3:30 p.m. y las 4:29 p. m.
Entre: 7:30 p.m. hasta el cierre de la ope¬ración

Durante estas nuevas franjas valle, los usuarios seguirán cancelando $1.400, a través de la tarjeta inteligente que habitualmente utilizan.


He notado poca coordinación en los tiempos de espera de los buses del SITP, hay ocasiones en que pasan cada minuto y otras en que se pueden tardar hasta 30 minutos y estoy hablando de la misma ruta.

Un sondeo hecho por la app de movilidad Moovit en varias ciudades, Madrid y Barcelona ocupan los primeros lugares.

Una de las mayores incertidumbres de los usuarios de los sistemas públicos de transporte es saber a qué hora llegará el bus que están esperando; así lo afirma Nathalie Michelou, gerente de Comunicaciones de Recaudo Bogotá, según los resultados de una encuesta de Moovit, la aplicación global y colaborativa de transporte público, realizada en más de 15 ciudades de América y Europa.

Según el sondeo, en Bogotá el tiempo promedio que los ciudadanos deben esperar es de treinta minutos.

Michelou aseguró que Recaudo Bogotá está trabajando para tratar de contrarrestar esta molesa pregunta, dándole a los usuarios de la tarjeta tullave y del sistema de transporte, la posibilidad de conocer en tiempo real a qué distancia y tiempo vienen sus rutas.

Por otra parte, el estudio arrojó que el tiempo de desplazamiento desde el lugar de origen hasta el de destino en la capital colombiana es de aproximadamente una hora.

De acuerdo al sondeo, las ciudades que ocupan los primeros lugares en las dos variables son Madrid y Barcelona, con 20 y 16 minutos de espera respectivamente.

Entre las ciudades encuestadas sobre la experiencia de transporte público entre los usuarios de Moovit se encuentran Nueva York, Los Ángeles, Londres, París, Madrid, Roma, Sydney, Sao Paulo y México DF.


Hoy por hoy se habla de un incremento drástico en las cifras de accidentalidad, en mi opinión hace falta mas control del personal en cuanto a que sean conductores experimentados y que ojala les dejen siempre el mismo carro por que cambiar de vehículo no resulta  una buena opción.

Al día en Bogotá, en promedio, seis accidentes se presentan relacionados con vehículos del Sistema de Transporte Masivo TransMilenio (TM), entre articulados y alimentadores; y los del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), los azules y naranjas.

Los números crecientes de accidentalidad quedaron en evidencia en un documento que conoció ELTIEMPO.COM y que muestra, además, las cifras de mortalidad, los procesos judiciales que se siguen por daños en infraestructura y las acciones tomadas por la empresa TransMilenio S.A. para reducir los índices.

Y es que no se salva nadie. En 2012, los vehículos troncales (los rojos) se vieron envueltos en 310 accidentes de tránsito, los alimentadores (verdes) en 347 y los del SITP (azules) en 75, en poco más de tres meses de operación, para un total de 732 colisiones y choques en un solo año.

Para 2013 la cifra se triplicó. Los mismos vehículos rojos, verdes y azules de TM y el SITP protagonizaron, en suma, 2.215 accidentes en las vías de la ciudad

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